Control y autogestión de los trabajadores
Concepto de control y autogestión de los trabajadores
Los términos participación de los trabajadores, control de los trabajadores y autogestión de los trabajadores se refieren a la iniciativa de los trabajadores sobre el proceso de producción. La participación y el control de los trabajadores significan compartir la gestión entre empleadores y trabajadores. La respuesta a la pregunta de qué lado tiene la iniciativa depende de la lucha. En los modelos de participación gerencial y similares, las decisiones estratégicas de la empresa generalmente las toman los altos directivos y la influencia de los empleados en estas decisiones es relativamente débil. El control obrero, por otro lado, enfatiza el poder de los trabajadores, a diferencia de la participación en la gestión. En la participación gerencial o control de los trabajadores, la propiedad de la empresa pertenece al empleador (público o privado) y los trabajadores participan en la gestión de ciertas maneras y niveles. Sin embargo, la autogestión de los trabajadores es diferente a éstas. En la autogestión de los trabajadores, la propiedad y la gestión de la empresa pertenecen a los trabajadores. Todas las decisiones relativas al trabajo/producción son tomadas e implementadas por los trabajadores (no por los empleadores ni los gerentes). En este sentido, se diferencia de la participación en la gestión y modelos similares, así como de las experiencias «socialistas» del siglo XX.
La autogestión de los trabajadores puede considerarse como una alternativa a la propiedad capitalista y a las relaciones laborales a escala empresarial o macro. La propiedad capitalista y las relaciones laborales se basan en la propiedad privada de los medios de producción, el valor de cambio más que el valor de uso, las relaciones jerárquicas y la alienación. Sin embargo, una unidad económica basada en la autogestión opera según principios democráticos e igualitarios, priorizando el trabajo y la sociedad, no el capital y las ganancias. Se puede decir entonces que el control obrero es sólo el primer paso en la transformación de las relaciones capitalistas, mientras que la autogestión de los trabajadores son los experimentos concretos de relaciones más allá de las relaciones capitalistas. En este sentido, las experiencias de autogestión de los trabajadores son prácticamente una crítica al capitalismo y una búsqueda de una nueva relación producción/sociedad.
El control obrero y la autogestión en la historia
Es posible encontrar muchos ejemplos de control y autogestión de los trabajadores a lo largo de la historia y en la actualidad. Por ejemplo, la Comuna de París de 1871 puede verse como la primera experiencia de autogestión obrera en la historia del capitalismo moderno. También son experiencias muy importantes los consejos y comités que surgieron en Rusia, Inglaterra, Alemania, Italia y otros países en el primer cuarto del siglo XX. Durante la guerra civil en España entre 1936 y 1939, la producción autogestionaria alcanzó un tamaño enorme, especialmente en Cataluña. Yugoslavia y Argelia después de la Segunda Guerra Mundial, Francia e Italia en 1968 y 1969, Portugal después de la Revolución de los Claveles de 1974 e Irán en 1979 se encuentran entre los ejemplos en los que las experiencias y/o debates sobre autogobierno pasaron a primer plano. Por ejemplo, en Gran Bretaña, en la década de 1970, cientos de fábricas fueron ocupadas por trabajadores y puestas bajo control obrero, y se creó el Instituto de Control Obrero (IWC) para realizar investigaciones sobre el control obrero. De nuevo, por ejemplo, en los mismos años, la experiencia de la fábrica de relojes LIP se convirtió en un símbolo de la autogestión de los trabajadores no sólo en Francia sino en todo el mundo. A lo largo de la historia del capitalismo moderno se pueden encontrar numerosos ejemplos de iniciativas que pueden considerarse dentro del ámbito del control y la autogestión de los trabajadores.
El control obrero y la autogestión hoy
Hoy en día, los debates sobre el control y la autogestión de los trabajadores están experimentando un resurgimiento. Detrás de este resurgimiento se encuentran las experiencias de control y autogestión obrera en América Latina.
En América Latina se pueden encontrar ejemplos importantes de control y autogestión de los trabajadores, especialmente en Brasil, Argentina, Uruguay y Venezuela. En estos países, muchas empresas que estaban en riesgo de quiebra en los años 1990 y 2000 fueron asumidas por los trabajadores y convertidas en autogestión. En particular, la crisis económica argentina de 2001 fue un punto de inflexión. Durante la crisis de 2001, los trabajadores continuaron la producción en muchas fábricas que quebraron en Argentina, y en estas fábricas se establecieron relaciones democráticas e igualitarias. Curiosamente, se siguieron viendo ejemplos similares en algunas otras fábricas en los años posteriores a la crisis de 2001.
En Argentina, estas empresas se denominan «empresas recuperadas». El término “empresas recuperadas” se refiere a fábricas/empresas que son tomadas por sus trabajadores y continúan produciendo debido a la quiebra y/o abandono por parte del empleador. Estas empresas se han transformado en cooperativas de trabajadores y operan según principios democráticos e igualitarios. América Latina destaca en el tema de la autogestión de productores, con movimientos sociales conocidos como MST (Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra) y ERTs (Empresas Recuperadas por sus Trabajadores/as). MST y ERTs están en el centro de los debates y prácticas de la Economía Social y Solidaria que se han desarrollado en los últimos años.
Hoy, en otros países, llaman la atención y se desarrollan iniciativas llamadas «democracia obrera», «economía obrera», «economía social y solidaria». Estas experiencias y debates son importantes como reflejo de la búsqueda de alternativas al modelo neoliberal y a las relaciones capitalistas.
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